3 ene 2012

Yin y yang



El yin y el yang son opuestos complementarios que se unen para formar un todo. 


El yin y el yang son opuestos.
Todo tiene su opuesto, aunque éste no es absoluto sino relativo, ya que nada es completamente yin ni completamente yang.
Por ejemplo, el invierno se opone al verano, aunque un día de verano puede hacer frío y viceversa.
El yin y el yang son interdependientes.
No puede existir el uno sin el otro. Por ejemplo, el día no puede existir sin la noche.
El yin y el yang pueden subdividirse a su vez en yin y yang.
Todo aspecto yin o yang puede subdividirse a su vez en yin y yang indefinidamente. Por ejemplo, un objeto puede estar caliente o frío, pero a su vez lo caliente puede estar ardiente o templado y lo frío, fresco o helado.
El yin y el yang se consumen y generan mutuamente.
El yin y el yang forman un equilibrio dinámico: cuando uno aumenta, el otro disminuye. El desequilibrio no es sino algo circunstancial ya que cuando uno crece en exceso fuerza al otro a concentrarse, lo que a la larga provoca la transformación. Por ejemplo, el exceso de vapor en las nubes (yin) provoca la lluvia (yang).
 El yin y el yang pueden transformarse en sus opuestos.
La noche se transforma en día, lo cálido en frío, la vida en muerte. Sin embargo, esta transformación es relativa también. Por ejemplo, la noche se transforma en día, pero a su vez coexisten en lados opuestos de la tierra.
En el yin hay yang y en el yang hay yin.
Siempre hay un resto de cada uno de ellos en el otro, lo que conlleva que el absoluto se transforma en su contrario. Por ejemplo una semilla enterrada soporta el invierno y renace en primavera.

Cada persona tiene una naturaleza en el cuerpo físico con tendencias de tipo, yin o yang

Las siguientes características son generales, los síntomas no siempre se presentan puros, sino entremezclados:



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